De entre lo mediocre y lo sublime suelo quedarme con las tonterías más absolutas que alguna vez me hicieron sonreir. Suelo elegir los renglones no subrayados de los titulares y aperturas. Lo mio son los breves. Los artículos que en muy poquito espacio te hablan de un estado de ánimo.
Hoy he salido a hacer fotos por el mundo, con la "poco sana" intención de interrogarme, de plantearme una serie de cuestiones que si bien, no son vitales, resultan importantes para mi. Y es que, abandonados lagartos, yo no sirvo para salir corriendo sin dar la cara. Soy muy de dar explicaciones. Por eso, aquí y ahora...podría darlas, pero no lo haré. Lo haré cuando volvamos a cruzarnos. Hasta entonces os contaré otra de esas historias con color sepia, luz de fotógrafo y final retrospectivo que tanto os tocan los cojones:
Salí por la puerta de mi casa en New Cross Road. Esa noche Londres se había cubierto de nieve. Iba con insolente cuidado y un caminar reservón. La mente la llevaba puesta en aquello de: -Por favor, que no aparezca ahora el 453...que no puedo salir corriendo-
¿Conoceis la ley de Murphy? Sí, ahí estaba el 453, que, con ese navegar cadencioso se iba alejando y aunque tuve la tentación hasta en dos ocasiones de apretar el paso no lo hice.
Llegué a la parada y un chico y una chica de color discutían de forma acalorada y en esas me puse a pensar en cuestiones metafísicas que se cruzaban en aquel divagar mental de las ocho de la mañana. ¿Serían felices discutiendo?, ¿Tendrían realmente algo importante que echarse a la cara?... que va...estaban discutiendo por "la última toast que quedaba en la bolsa". Él se la había comido...y ella había tenido que desayunar cereales.
-Yo también tengo amigos así- pensé. Y discuten por las mismas exactas estupideces.
En ese momento sonreí....Me acordé de las escasas discusiones de este tipo en las que yo tuve un papel medianamente protagonista (y digo medianamente porque en esas soy muy capaz de callarme y escuchar).
Sonreí al pensar lo dorados que son mis momentos de soledad (como el que he vivido hoy haciendo fotos), sonreí dándole vueltas a la cantidad de cornudos y cornudas que conozco (Sí, tal vez tú estás entre ellos... pero prometí ser una tumba), sonreí ante el sabor de los cubatas con el tipo que me acompaña en la foto (él y yo algún día tomaremos la determinación de arreglar el mundo).
Sonreía por todo un poco. Yo, Pedro Chito, soltero con trabajo y buen sueldo en Londres... Sonreía y en tanto en cuanto sonreía... el 53 con destino Horse Guards Parade estaba a punto de cerrar las puertas. Me levanté como una bala... y otra vez lo cogí por los pelos...
Abrí "Cuatro Amigos" de David Trueba... Me encanta ese libro... Me lo regaló Luisito, el otro lagarto...y habla de Solo... un tipo como yo... Sentí señales divinas...y me vi acudiendo a una boda a la que al final, no quise asistir.
Si tienes dudas cómprate el libro...y bébetelo... que a día de hoy... Todavía tengo millones de cosas por las que sonreir...
Chito
Pd: No hablaremos de eso, no hablaremos de nada, el cielo descarnado, una última mirada, biología pura y metafísica, una habla y otra actúa, se conocen pero nunca se han visto la cara, rumbos parecidos... intereses separados...
2 comentarios:
Genial mezcla de cosas que le dan una atmósfera melancólica y actual... lo que me ha descolocao ha sido lo de los cornudos, poniendo una foto mía, pero bueno...
Doy por hecho que no lo eres... tú eres bebecubatas y arreglamundos...
jajajajajajajajajaja
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