miércoles, mayo 30, 2012

Aventuras domésticas




No quiso esperar más; llevaba meses preparándolo. Para el amanecer esperaba estar ya en otro continente al menos. Lo tenía todo planeado desde hacía días. Se colgó la mochila al hombro, comprobó su brújula, su cantimplora llena y su gorra favorita. Se deslizó con sigilo a través del pasillo hasta la puerta de la calle.
- ¿Dónde vas, Diego?
- Me voy a vivir aventuras. -Dijo con arrogancia, sin volverse siquiera a mirar.
- Eso será después. Ahora a la mesa que la cena está lista.
- ¡Jo, Mamá. Pero…!
- ¡Ni peros ni peras!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Echaba de menos el lagarto!! ;) mona crack