viernes, febrero 08, 2019

Ausencias.


Cuando se ausentaba de casa volvía a ser joven. Los cuadros de la pared se convertían en ventanas color libertad. El carmín decoraba sus labios y las flores impregnaban los vestidos que siempre lució. Olía a fiesta en el pasillo, a libros sin guerras, a lo que pudo ser y no era. Cuando sonaban las llaves a su vuelta, las luces del pasillo dejaban de bailar y eran las sombras las que se ponían el uniforme del miedo.

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