miércoles, diciembre 01, 2010


Como si fuéramos ciclistas que afrontan una de esas grandes carreras, vamos superando etapas que van pasando. Había adquirido la costumbre de madrugar e irme al campo. Prácticamente no pasaba un dia que no pisara hierba, piedras o pasto. Con la excusa de las fotos, con la excusa de andar, de dar un paseo... Todos los dias tenía una excusa para salir al campo.
Ahora, que ya empecé a trabajar y que ocupo mis dias en cuestiones menos ociosas, pasa como con todo, que se echa de menos. Y es que vamos completando etapas. Unas veces más duras, otras más suaves. Unas cargadas de éxitos, otras con la sombra del fracaso. Unas que completas por completar, otras que completas con el ansia de un mundo que parece va a acabarse. Y así te pasas la vida: Una etapa, dos etapas, tres etapas...
Ahora me levanto sobre las nueve y media para a las diez de la mañana estar en la tele dispuesto a echar otro dia de trabajo. Ahora que, como dijese un poeta, tengo un alma que no tenía.
Ahora prefiero darme la vuelta sobre mis mismos pasos, caminar más lento, aprovechar cada detalle que el mundo se para a ofrecerme. Ahora que está de moda aparecer en wiki-loquesea....ahora, precisamente ahora, me toca las pelotas todo lo que empiece por wiki.
Redunda uno mil veces en su condición de ser humano, en su condición de carne y hueso, en su condición simple, pueril y standart... Y da gusto mirar para atrás y recordar como en los espejos de la divinidad uno conseguía sentirse poco menos que inmortal.
Ahora que el invierno aprieta las cuerdas de su guitarra, exactamente ahora que tengo la música abandonada, precisamente ahora que he decidido dejar el amor para la gente que amo. Es ahora cuando siento la necesidad de abrazar el mundo con las manos y llevarlo a mi terreno.
"Volvía del trabajo, mirando al suelo e intentando resguardar mis frias manos en lo más hondo de los bolsillos del chaquetón. Como si por estar más hondo aquellos bolsillos pudieran ser más cálidos. La acera mojada y deteriorada albergaba las primeras hojas del otoño que empezaban a dar paso al criminal invierno. Caminaba no muy lento, ni muy despacio. Las farolas comenzaban a encenderse mientras una luz azul rellenaba el cielo apocaliptico de las siluetas de poniente. Crucé la acera atravesando un paso de peatones que daba directamente a mi barriada. Allí vi una silueta que me resultó familiar. Mantuve la vista de una forma discreta para intentar deshacer el enigma de aquella curiosa sombra masculina que permanecía en la acera como esperándome. No había demasiada luz. No acertaba a descubrir su rostro. Seguía aproximándome y cuando estaba a apenas dos metros de la silueta me dijo: -Hola Chito, ¿no me conoces? Desde que sales en la tele no quieres nada con la gente del campo.
Levanté con premura mi barbilla y clavé mis ojos en los ojos de la silueta intentando desvelar su identidad. El corazón empezó a palpitarme a lo bestia. Mi boca se secó y mi gesto se torció inevitablemente. Le reconocí y me sentí avergonzado de no haber llamado antes, de no haber pasado por casa a preguntar algún dia, de no haber quedado con él...
-Joder, no sabes cuanto me alegro de verte-dije. La silueta rió escandalosamente y me dijo: -Te invito a una caña, si tienes tiempo-. Acepté encantado...
Y esa es la historia de como la semana pasada me fui a tomarme una caña conmigo mismo... Con el mismo "ego" que ya en su dia tuvo el mérito o la desdicha de ser Chito.
Una caña con aquel cabrón, que como buenamente pudo, cumplió una etapa más. Sin ser más o menos importante que las otras...pero una etapa más. Y en sus ojos adiviné historias preciosas, anónimas y sin nombre que me hicieron sentir como si tomase una caña con alguien de mi familia.
-No nos volveremos a ver- me dijo. -Pero cuídate mucho y antes de probar los entremeses en las bodas, pregunta al maitre, no sea que algo lleve marisco y la caguemos-
Me dí la vuelta y volví a casa. Con una sensación de vacio que me estaba dejando sordo de ambos oidos. Eran las nueve y cuando entré en mi casa ahí estaba yo. En la tele, contando noticias...
Le dije a mi madre: -Mamá, vengo de tomarme una caña con ese tio-. Ella en la corrección y diplomacia que la caracteriza me dijo: -Sí hijo, claro...como no...¿Qué vas a cenar?...¿¿o te vas a Los Arcos??
Chito
Pd.- the same old lies you hear the night before...

4 comentarios:

Faito dijo...

Ereh un lagarto!!!

Por cierto el otro día estuve yo tambien con el del palte!!! Solo pa que lo supieras.

L.Rilke dijo...

Grande el comentario como pocos. Dibujas una atmósfera que a ratos me recuerda a las de Ruiz Zafón (que no Ruiz Herrera).

Me gusta mucho la idea de tomarse una caña con uno mismo... ese al que uno casi aborrece cuando tiene demasiado tiempo libre y con el que deja de verse por completo cuando el trabajo ocupa más horas de las que debieran se obligadas.

`Cause We love alligator.

Gema dijo...

Bonita metáfora de encontrarse con uno mismo… da hasta un poco de miedo, la mayoría de los seres humanos evitamos el encuentro con nosotros mismos a diario, unas veces ese encuentro se solapa con el trabajo, otras con el miedo a mirarte al espejo y no reconocerte, pero siempre hay tiempo para todo porque como decía Pablo Neruda ; “Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas”
Pd: Saca tiempo de donde sea no dejes de hacer todas esas cosas que tanto te apasionan y te gustan, porque la felicidad no es hacer lo que te gusta sino que te guste lo que haces

Chito dijo...

I´ll try it Gema. I feel absolutely fine now...but it´s so bizarre don´t feel the grass....the wind...the rain...
Now i´m adapting to this new space, to this new way.
I couldn´t live without that tinny things... I found happiness in that things...
Thank you very much in dit for that amazing books...
Good night...and rest...(like RIP)
looolll