jueves, diciembre 09, 2010

Carta de un andaluz al Sr. Puigcercós



 Ronda, Andalucía, España. 1 de diciembre de 2010

Sr. Puigcercós:



Quisiera dirigirme a su señoría con la humildad de un andaluz que debe ser el más tonto del pueblo, porque sí que paga sus impuestos. De hecho, ahora que lo pienso, tengo muchos amigos. Muchos muchos muchos, señor Puigcercós, andaluces. Y no conozco a ninguno que hasta la presente se haya librado de pagar sus impuestos. Tal vez usted, cuando dijo aquello de que "en Andalucía no paga impuestos ni dios" se refería a andaluces muy adinerados, como la duquesa de Alba, tal vez. O igual era a los más pobretones, como por ejemplo pueden ser gitanillos de Jerez, esos que viven a la lumbre de una guitarra, al calor de unos cantes o al aliento de unos bailes. O no sé, igual se refería usted a esos sevillanos que viven la pasión de la semana santa durante todo el año y lo mismo alguno de ellos se olvida de pagar impuestos, cosa que desconozco. O tal vez sean los rocieros, que entre coplas, polvos de camino y pasión feligresa no les queda para pagar a la hacienda pública. Igual usted se refería a los carnavaleros, esos que se pasamos medio año recordando febrero, y el otro medio ensayando para ese mes. No lo sé, mi ignorancia andaluza tal vez piensa que todos ellos pagan impuestos... O igual son los rescoldos moros del paraíso granadino o cordobés. Quizás los olivareros de Jaén o los mariscaores de Huelva, o los que viven de explotar invernaderos en Almería, o los pescadores gaditanos o malagueños… ya le digo, no sé a quién se refiere usted, pero yo jamás oí que un sólo andaluz no pagase impuestos, así que o usted o yo, ilustrísimo señor Puigcercós, estamos equivocados. Uno de los dos.

Resulta curioso, como se repiten los desprecios y los insultos de algunos dirigentes de la región catalana hacia una tierra que emigró a la suya para levantarla por míseros sueldos. Resulta curioso cómo la impresentable Monserrá Nebrera hacía bromas con que nuestro acento es de chiste (al menos a nosotros no nos subtitulan para comunicarnos con el resto de nuestros paisanos).
Resulta curioso cómo una comunidad que creció a base de los favores de un dictador fascista y de la explotación de andaluces, ahora desprecia mediante su clase política al pueblo sureño y lo trata con la punta del pié. Señor Puigcercós, usted que dice llamarse no sólo de izquierda, sino también de republicana… ¿cómo es tan intolerante y fascistoide en sus comentarios? ¿Cómo puede quejarse de otras comunidades un dirigente político de la autonomía que mejores comunicaciones tiene? Las mejores carreteras están en su tierra, tienen ave, tranvías, metros, trenes, aeropuertos… tienen fábricas y puestos de trabajo para usted, para sus amigos, para sus hijos. Tienen una constitución propia que les dota de autonomía. Tienen un idioma propio que exigen a gritos sea respetado en el resto del país. Tienen leyes propias, tienen oposiciones propias para cargos de funcionariado (aparte de las generales, que tenemos todos, pero las propias sólo son suyas). Tienen policía autonómica propia, tienen derechos y libertades propias… señor Puigcercós, ¿qué es lo que no tienen? ¿de qué es de lo que carecen? ¿A qué vienen agravios comparativos con cosas que para colmo son falsas?

¿Sabe una cosa? señor Puigcercós, en Andalucía con las bombas nos hacemos tirabuzones. Eso lo cantaban en Cádiz con las bombas que tiraban los franceses cuando nos invadieron (que por cierto, su preciosa tierra y sus ilustres políticos fueron de los primeros en poner el culo al país vecino, mientras que las fuerzas españolas intelectuales y políticas aguantaban aquí en el sur, en San Fernando, luchando por la libertad de la que ahora gozamos en todo el país, también en su tierra). En Andalucía no tenemos una constitución que nos dota de sus derechos, tenemos el arte de sobrevivir con lo poco que tenemos. Aquí no tenemos un idioma elitista y clasista, aquí se habla el idioma de la calle. Aquí tenemos unas carreteras que en su grandiosa mayoría dan pena, pero vamos de un sitio a otro con el gusto de saber que viajamos de una ciudad preciosa a otra. Aquí tenemos unas oposiciones iguales que las del resto de España (excepto los dos niños mimados, Cataluña y Vascongadas) cada vez con menos plazas por los recortes que nos da el gobierno. Aquí tenemos una deuda histórica que el gobierno nos ha pagado dándonos unos trozos de tierra, de nuestra tierra, que un día firmaron un papel y dijeron que era para ellos. Hoy, en plena crisis del ladrillo, el gobierno nos la devuelve para pagarnos la deuda histórica. Aquí tenemos casi la mitad de los parados de todo el país. No tenemos industrias, vivimos principalmente del turismo, el campo y de la pesca, si se me permite el símil, casi como en la Edad Media (salvo por lo del turismo). Ahora me hablará del PER y de ayudas del estilo… pero todos queremos el aceite a dos euros más barato (no quiero hacer bromas sobre la fama de agarrados de los catalanes) y un agricultor, como usted bien entenderá, no va a trabajar para que le cueste dinero su trabajo.
Podrá descalificar y descatalogar a mi tierra, señor Puigcercós. pero ¿sabe qué? Tenemos algo que por mucho que usted proteste, por muchos agravios comparativos que haga, por muchas leyes que ustedes creen, por mucha policía autonómica que saquen, oposiciones particulares, medios de transporte… por mucho que ustedes inventen u obtengan, jamás obtendrán: vivir en el paraíso. Los ricos de Europa, cuando se jubilan, se compran una casita aquí abajo, en la Costa del Sol, en alguna zona rural de sierra, en las costas vírgenes de Cádiz… Tenemos sierra de nieves, temperaturas cálidas y frías. Tenemos desiertos, tenemos ríos, tenemos Doñana, playas vírgenes y sobreexplotadas. Tenemos Sierra Nevada, y la Alhambra, y la Mezquita. Tenemos el barrio de La Viña y el Tajo. Tenemos Tarifa, tenemos las rocosas playas granadinas. Y tenemos ganas de vivir y bebernos la vida cantando. Tenemos pasiones, ilusiones, fantasías que son realidades. Tenemos una clase política que el pueblo no se merece, igual que le pasa a la gente de su tierra.

Tenemos arte, mucho arte. Y una cultura que se mama históricamente, en las calles, en las sierras, en los patios de vecinos. Tenemos a Murillo y a Camarón, a los hermanos Machado, a Sara Baras, a Picasso (aunque algunos en su tierra se lo atribuyen). Tenemos a Lorca, a Juan Ramón Jiménez, tenemos a Sabina. Tenemos a su señoría, también republicano (por esta condición renegó del Premio Príncipe de Asturias que le concedieron), don Rafael Alberti. Tenemos a Espinel y Miguel Ríos. Tenemos a Martínez Ares y a Diego Velázquez. Tenemos a Bécquer, a Rocío Jurado y Lola Flores. Tenemos a Francisco Pacheco, a Pablo Carbonel, a los hermanos Álvarez Quintero y a Séneca. A Blas Infante, a Zurbarán, a Paco de Lucía, a Martínez Montañés, a Manuel de Falla, a Juan Carlos Aragón, a Antonio Banderas, al emperador Trajano, a Fernando Tejero y a Martín Alonso Pinzón. A Averrones, a Manolo Escobar, a Vicente Aleixandre, a Antonio Gala, a Joaquín Cortés, a Pilar Barden y a Paco León. Tenemos a Carlos Herrera, a Miguel Hernández, a Carlos Cano, a Luis de Góngora, a Cernuda. A Giner de los Ríos, a Romero de Torres, a Benito Zambrano, al Tío de la Tiza…

Tenemos una tierra más que trimilenaria, maltratada y pisoteada por impresentables como usted, Puigcercós. Y tenemos más vergüenza y más educación que usted, señor Puigcercós, aunque lo de señor le viene grande. 

Su actitud hace poco más que hacernos sospechar a todos los andaluces, al resto de españoles, que usted demanda que los andaluces paguemos más impuestos, tal vez para no ver peligrar ese sueldazo desorbitado que cobran sus señorías los políticos del erario público, en plena época de crisis. Tal vez pretenda usted que desde el más rico al más humilde de los sueldos, pensiones o salarios, sostengan esa nómina del estado, que usted sin oposiciones, ni catalanas ni genéricas, ostenta.

Tal vez usted no sepa lo que hay en esta tierra, señor Puigcercós. Pero no le recomiendo que venga a visitarla; seguramente querría usted quedarse aquí a vivir, pero aquí no queremos a impresentables como usted.


"…sepa usted que Andalucía
se le entiende donde vaya
y sin ser subtitulada.
Con el pincel de Picasso,
con la guitarra de Paco,
con la música de Falla,
con la voz de la Jurado.
Pida perdón a los libros
de García Lorca y Machado,
que unos fachas como usted
por su sentir, los fusilaron.
Y lávese bien la boca,
diputada cara dura,
con mi sangre y mi cultura"
(Kike Remolino y Manuel Álvarez Seda).

2 comentarios:

Chito dijo...

Los tributos andaluces se los metía yo por aquel lugar donde la espalda pierde su casto nombre al gandul este hasta que le salieran céntimos por las orejas.
Y nada, que nos ha tocado a los andaluces bregar con mamarrachos de esta envergadua... Me cago en la rata que los parió a todos...

Gema dijo...

Me ha encantado!!!!como diría una muy buena amiga mia "LA IGNORANCIA ES MUY ATREVIDA"....pero más atrevido es el desprecio por el desconocimiento, una vez escuche en la radio que la gente tenia muchos prejuicios con la gente de cataluña, más prejuicios tenemos que aguantar sobre Andalucia, en todos los aspectos y desde el princio de los tiempos, informarse antes de hablar es básico que no lo haga un persona con esa responsabilidad, da mucho que pensar y dice mucho vaya de lo impresentable y sin verguenza que es el Sr Puigcergos, yo me lo llevaba no sólo a él si no a unos cuantos que comparten sus pensamientos, al campo con una zoleta, a trabajar, para que vieran como mucha gente se deja la piel para poder pagar sus impuestos y vivir, como expliarle a un ignorante que todo el que conoce Andalucia se enamora de ella, no ahora si no desde el principo de los tiempos porque es maravillosa, para saber más mirar este enlace http://www.lapepahoy.es/articulos/247/la-vision-de-andalucia-por-los-viajeros-romanticos