Ese tic tac que escuchamos hace rato seguía sonando de fondo. Y allí estaba yo, mirándola a los ojos. Me sonreía y yo pensaba que era lo mejor que me podía estar pasando. ¿Cómo iba a empezar a decirle que quería compartir con ella el resto de mis días? Traté de ordenar frases para elegir por dónde comenzar. Inspiré aire y justo cuando iba a declararme se acercó para besarme en los labios, muy despacio. Nuestros labios estaban a punto de tocarse… y fue entonces cuando el ruido del reloj me despertó. "Maldito tic tac… ¡ya podría haberse esperado a ver dónde llegábamos!"
5 comentarios:
QUE BONITO...
QUE ROMANTICON TA MI TIO!!...
JAJAJA...
YUJUUUUUU...
Al que más...al que menos...le ha pasado esto alguna vez...y ha soltado un puñetazo de rabia contra la almohada...
A Faito le pasa, pero con la Ciudad Soñada
Esta precioso el relato, para mi dormir es necesario y soñar es vital.
"Pobre no es el hombre cuyos sueños no se han realizado, sino aquel que no sueña".Marie Von Ebner.
Po si que ma pasao!!!
que bonito!!! yo he soltado muchos de esos puñetazos que dice Chito...
Mona crack
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