
El tiempo es algo que me obsesiona. Sé que tal vez sea un poco locura y que a ciertas edades, y menos a la mía, se vive tan intensamente que no da tiempo a pensar en esas cosas... y mi horario, de sobra conocido por todos ustedes, tampoco es como para que me pare a darle vueltas a algo tan aparentemente necio como eso, pero es que el tiempo me obsesiona.
A veces siento que no estoy saboreando cada segundo como debiera, como si fuera el último... y realmente tampoco es que me pueda quejar, porque últimamente he aprendido, a pesar de que me cuesta muchísimo, a dormir menos para vivir más.
Ayer mismo vía internet -para variar- me saludó Áurea -un saludito, loca- y me comentó algunas cosas geniales de un blog tal que este pero que hablaba de las cosas típicas de los ochenta... cosas típicas como no tener más remedio que piratear con recopilatorios en cintas de casette, como el zumo Tang, como Chema el panadero de Barrio Sésamo, o como el mono de Pipi Calzaslargas -que si analizas el nombre tiene pelotas- que tenía este mono nombre de persona y todo!! El caso es que volví a quedarme varios segundos anonadado, abstraído, en otro mundo, con esta malida idea del paso del tiempo dándome bandazos de sien a sien... y es que por aquellos ochenta y principios de los noventa, que fue la época en la que me tocó ser un niño, creo que fui el niño más feliz de todos los niños felices que estaban muy felices en esos años. Tuve la suerte de mudarme a un barrio en el que, año arriba año abajo, por lo menos quince niños o más de mi misma edad se dedicaban a salir a la calle -a la plaza... nuestra plaza- todos los días a no parar de jugar, ni de inventar fechorías, ni de disfrutar y hacerse amigos.
Hoy por hoy miro aquella realidad y la comparo con la de ahora, y noto que de casi 20 o más que llegamos a ser, sólo seguimos muy unidos en grupos de dos o tres si acaso, y que sólo se encuentran una vez al mes quien mejor escapa... compromisos, trabajos, estudios, novias o simplemente muy distintos modos de ver la vida han acabado por separarnos... y yo cuando me paro a pensar en el tiempo, pienso que me gustaría volver a caminar el camino ya andando... "caminante, no hay caminos, sino estelas en la mar...".
A veces también pienso "en dentro" de veinte años, cómo estaré... porque hace casi veinte años la vida era genial... y ahora no es que sea ningún infierno de Dante, pero los problemas amargan las alegrías de hoy, y éstas últimas no tienen la fuerza suficiente para anular a las primeras... y dentro de otros casi veinte años, igual mi vida es la de un adulto soso, ocupado y aburrido... no quiero llegar a eso, igual que cuando era niño no quería crecer y ahora que soy medio niño-medio hombre, no quiero seguir creciendo...
El otro día leí que el maestro Sabina, cuando era un niño, sólo soñaba con hacerse adulto... pues como diría Dalí, si sabina soñaba eso, yo tampoco.
Y dentro de otros veinte años más, es decir, dentro de unos cuarenta años más o menos, me veo como esos viejos que se pasan las horas y las horas sentados en una terraza, con un café por delante y la mirada en el infinito, viendo pasar a las gentes. Por supuesto estará Chito sentado a mi lado, que se habrá vuelto un viejo fachón al que todo le molesta, incluso la semana santa, y refunfuñará por nada, y arreglará el mundo de la manera más salvaje que sea capaz. Seguramente yo ya por esa época no sea menos que él.
Y seguramente, en esa época, cuando dejemos de refunfuñar, hablemos de que cuando salíamos en carnaval y soñábamos con lo que nos quedaba por llegar, teníamos un blog en el que plasmábamos nuestras reflexiones, nuestros pensamientos. Nuestros secretos, y nuestras idas de olla como esta.
A veces siento que no estoy saboreando cada segundo como debiera, como si fuera el último... y realmente tampoco es que me pueda quejar, porque últimamente he aprendido, a pesar de que me cuesta muchísimo, a dormir menos para vivir más.
Ayer mismo vía internet -para variar- me saludó Áurea -un saludito, loca- y me comentó algunas cosas geniales de un blog tal que este pero que hablaba de las cosas típicas de los ochenta... cosas típicas como no tener más remedio que piratear con recopilatorios en cintas de casette, como el zumo Tang, como Chema el panadero de Barrio Sésamo, o como el mono de Pipi Calzaslargas -que si analizas el nombre tiene pelotas- que tenía este mono nombre de persona y todo!! El caso es que volví a quedarme varios segundos anonadado, abstraído, en otro mundo, con esta malida idea del paso del tiempo dándome bandazos de sien a sien... y es que por aquellos ochenta y principios de los noventa, que fue la época en la que me tocó ser un niño, creo que fui el niño más feliz de todos los niños felices que estaban muy felices en esos años. Tuve la suerte de mudarme a un barrio en el que, año arriba año abajo, por lo menos quince niños o más de mi misma edad se dedicaban a salir a la calle -a la plaza... nuestra plaza- todos los días a no parar de jugar, ni de inventar fechorías, ni de disfrutar y hacerse amigos.
Hoy por hoy miro aquella realidad y la comparo con la de ahora, y noto que de casi 20 o más que llegamos a ser, sólo seguimos muy unidos en grupos de dos o tres si acaso, y que sólo se encuentran una vez al mes quien mejor escapa... compromisos, trabajos, estudios, novias o simplemente muy distintos modos de ver la vida han acabado por separarnos... y yo cuando me paro a pensar en el tiempo, pienso que me gustaría volver a caminar el camino ya andando... "caminante, no hay caminos, sino estelas en la mar...".
A veces también pienso "en dentro" de veinte años, cómo estaré... porque hace casi veinte años la vida era genial... y ahora no es que sea ningún infierno de Dante, pero los problemas amargan las alegrías de hoy, y éstas últimas no tienen la fuerza suficiente para anular a las primeras... y dentro de otros casi veinte años, igual mi vida es la de un adulto soso, ocupado y aburrido... no quiero llegar a eso, igual que cuando era niño no quería crecer y ahora que soy medio niño-medio hombre, no quiero seguir creciendo...
El otro día leí que el maestro Sabina, cuando era un niño, sólo soñaba con hacerse adulto... pues como diría Dalí, si sabina soñaba eso, yo tampoco.
Y dentro de otros veinte años más, es decir, dentro de unos cuarenta años más o menos, me veo como esos viejos que se pasan las horas y las horas sentados en una terraza, con un café por delante y la mirada en el infinito, viendo pasar a las gentes. Por supuesto estará Chito sentado a mi lado, que se habrá vuelto un viejo fachón al que todo le molesta, incluso la semana santa, y refunfuñará por nada, y arreglará el mundo de la manera más salvaje que sea capaz. Seguramente yo ya por esa época no sea menos que él.
Y seguramente, en esa época, cuando dejemos de refunfuñar, hablemos de que cuando salíamos en carnaval y soñábamos con lo que nos quedaba por llegar, teníamos un blog en el que plasmábamos nuestras reflexiones, nuestros pensamientos. Nuestros secretos, y nuestras idas de olla como esta.
9 comentarios:
juas juas, chito fachorro, ¿a lo mejor gana con la edad? tendremos que esperar a ver que pasa
Bueno, pues a saborear lo que queda: recuerda, como se dijo en American Beauty, hoy es el primer día del resto de tu vida, macho...
Saludos a Luisito Rilke, de un lepero al que no conoces, pero que ha escuchado hablar bastante de ti (vía pocas luces), y para el gran y futuro fachorro Chito, que ya lo cogeré un día de estos...
lo de fachorro sé porque lo dice...Pero ya se va dando cuenta de como suman carnaval y democracia. En fin...Espero no ser nunca nada parecido a un puto facha y sentarme contigo a fumar chester en algun poyete de la ciudad del tajo...Por cierto...Estoy hoy carece de importancia...Hoy lo importante es María Dolores Jiménez... Que crack gilgamesh...que cabrones...como la habeis liado bestia...Eso si...Que buena esta la delegada de hacienda de Lepe no??? Asi me apunto yo a pagar el sello del coche todos los meses...En fin, ya sabes, sevillista, enhorabuena por vuestro trabajo. Ya le encargaré la revista al Melo para hacerme un macroposter y ponerlo en mi cuarto...Dicen que el dinero llama al dinero...la colega delegada de hacienda...y la renta per cápita lepera...vamos, el poster, el negocio de mi vida. un abrazo amigo y Feliz Carnaval a todos
Chito
Encantado, Gilgamesh!! Espero conocerte pronto... ya que si todo va bien, en 1 mes o así visitamos lepe con la excusa carnavalera...que nos lo está arreglando tb ese que no tiene ni un cuarto de luz... De manera que a ver si echamos una cerveza, para aparcar un poco esta obsesión por el tiempo, y vemos cómo se va transformando chito poco a poco en el mussolini que lleva dentro...XDDD
Y que sepas, Titê, que no lo he dicho por temas democrático-dictatoriales, sino pq tú de viejo te vas a parecer a uno que dice que a las pateras de África las mandaría al polo norte directas...el mismo que le echó pimienta en los pasteles de merengue a los monos de Gibraltar...jajajajajajaj
Los monos de gibraltar deberían estar muertos por hijos de puta...Gibraltar tendría que ser provincia del campo de su mismo nombre...Como bien dices, el tiempo se encargará de todo. Confio que hasta Martinez Ares vuelva a escribir coplas de esas que tanto me gustan...Pasion Vega esta bien, pero no se pega pellizcos en el tipo pa cantar. Txus, no me des más caña cabron...que saco el tema de los bárbaros, las hachas y los cascos con cuernos...jajajaja..Un abrazo también para tí...
Chito
Ya tu sabes mano que yo toy inmunizao a cuestiones amoriles,asiqueya sabes no te metas en guerra conmigo que yo llamo las cosas por su nombre, al pan pan y "albino" tu mismo.
Weno ya sabeis donde teneis una morada fachorros.
Bueno, saliendome del tema fachorro y demas....pongo aqui mi granito de arena para anunciaros q ya puede comentar el blog cualquiera, aunque no este registrado....a ver si asi nos haceis mas comentarios...
Un abrazo. Jc.
saludos a todos de parte de Palenque, y mi más sincero apoyo a Chito, así que si hay que darle caña a alguien, yo me apunto (cuidadito, Txus). Nos vemos por áquí
saludos a todos de parte de Palenque, y mi más sincero apoyo a Chito, así que si hay que darle caña a alguien, yo me apunto (cuidadito, Txus). Nos vemos por áquí
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