miércoles, octubre 11, 2017

El tema ese.



Tragó saliva. Su respiración era entrecortada. El cañón metálico de la pistola se le clavaba en la sien. Notaba su frío hierático, su apatía por la vida. Tenía una rodilla clavada en el suelo. No le molestaban siquiera las irregularidades del suelo. La estancia era oscura, austera. Entraba un haz de luz trasversalmente desde una ventana lateral alta y dotaba a la escena de un dramatismo desmedido.

Un dedo se deslizó sobre una palanca superior de la pistola, emitiendo un sonido preciso, parecido a cuando echas una moneda en una máquina expendedora. La presión del cañón de la pistola se intensificó contra su sien. Una gota generosa de sudor le cabalgó espalda abajo, erizando su piel, incrustándole el miedo en la misma médula espinal. Sentía los labios secos y los ojos lagrimosos. Un leve picor inundaba su globo ocular.  Adivinó, a través de la vibración del cañón de la pistola, que un dedo índice acababa de posarse sobre el gatillo. Lo hizo con cuidado, buscando la precisión mortal que le auguraba. El corazón le parecía implosionar.

- Aún podemos arreglar esto. Dilo.
- ¿Pe... pero... -le temblaba la voz- por qué no dialogamosh?
- Ya no. Dilo.
- Vi... vishca Cataluña.
- Independiente.
- Vishca Cataluña Independiente. -Dijo Mariano.

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