El otro día volví a casa andando desde el trabajo. Me abrigué tanto como la bufanda y el chaquetón me lo permitieron y caminé a paso ligero rumbo a casa. Era noche y había una esférica y amarillenta luna llena que se apreciaba más grande de lo normal. Era como un gran ojo que alumbraba más que las farolas ; nos vigilaba a todos desde el horizonte.
Rodeé un parque en el que dos valientes quinceañeros desafiaban al impertinente frío reinante. Pasé junto a ellos y oí cómo el muchacho le decía a su compañera "Dentro de los ojos se te refleja la luna… no quiero dejar de verlo nunca"… El vaho salía de sus bocas mientras respiraban, mirándose con ternura y pasión a la vez.
Allí estaban ellos, sentados frente a esa inmensa noche, dedicándose versos, robándose besos. Imaginé que así empieza todo. Que pronto estarán casados. Cura, altar, arroz… Después vendrán los niños, los bautizos, comuniones, amores, universidad… hasta que sus hijos tengan sus mismas edades y también se sienten bajo el frío de la noche y el testigo de la luna redonda, grande, luminosa, rotunda. Y volverá a empezar el ciclo.
O tal vez se peleen mañana, y cuando yo vuelva a pasar por aquí después del trabajo, les vea con otra pareja. No lo sé, hacía demasiado frío. Sólo quería ir a casa y tomarme un chocolate calentito.
6 comentarios:
;) me gustaaa!! mona crack!
ohj....que bonito picha... buenísimo...
Ojalà sigamos viendo esas emociones en el personal... Y tú las sigas describiendo así.
Yo apuesto por la segunda opcion!
Que me gusta a mí eso de robarse besos y que te la sople que haga frío.
Gracias a todos!
Un placer que os guste :)
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