Derrumbadas las voluntades, dinamitadas las trincheras y hundidos los barcos me dispongo a disfrutar de una isla que lo ofrece casi todo. Sólo le falta algo de emoción...pero eso ya me encargo yo de buscarlo.
Es domingo y es por la tarde. He estado viendo una película. Demasiado espiritual... "El árbol de la vida". Me he quedado un tanto loco y con la mirada definitivamente perdida, así que como el que apunta con un arma cuasi homicida me he obligado a salir a disparar fotos.
La pasada semana ha sido idílica para mi Lola y para mi. Ha sido una simbiosis cámara-dueño casi perfecta. Bueno, una bronquilla de nada a cuenta de la Compact Flash que, obviamente, ya he reemplazado. El miércoles se portó del carajo...y el jueves mejor aún. Después de ciento y pico mil disparos nos vamos conociendo. Ella a mis dedos y yo a sus ráfagas de luz. Así es el amor, compréndelo.
La resulta de casi obligarme ha sido hacer cero fotos. No me he sentido frustrado, la semana ha sido más que productiva. Estaba dispuesto a hacerme el remolón hasta llegar a ese punto. El punto en el que no haces nada. También ese trabajo resulta bueno para el alma. Las convergencias de estado de ánimo y creatividad artística son casi tan inescrutables como los caminos del señor.
Ahora noto como en mis entrañas hago acopio de creatividad. Noto como tengo las tripas cargadas de proyectos, de ideas, de planes... sólo falta meterles mano.
Durante diez minutos he parado el coche en una curva de la carretera que une Montejaque con el enlace con la carretera de Sevilla. Me he bajado y he estado tentado de intentar disparar un contraluz. Me he ahorrado las energias (¿Otra de esas fotos que no te dicen nada?, no gracias). Eso sí, he echado de menos un cigarro... eso está ya más que superado.
En esas estaba cuando a escasos 100 metros (calculo) ha berreado un ciervo como si quisiera copular con lo primero que le pusieran por delante. Se me ha acelerado el corazón pensando en que el calenturiento bicho se dejara ver. He colocado el tele y... nada.
Pero da igual. No hay frustración. Las pequeñas y grandes derrotas tienen algo en común. Con la edad que tenemos tú y yo... nunca son las primeras...
Alguna vez se nos ha inferido una goleada, ¿verdad?
Alguna vez hemos mirado nuestras rodillas casi tan heridas como nuestra dignidad ¿no es cierto?
Alguna vez hemos apretado los puños y los dientes pensando ¿En qué me he equivocado?
Alguna vez hemos recogido el sombrero del suelo, le hemos quitado el polvo y hemos seguido...
No hay frustración.
Tengo entendido que Luisito se ha metido a torero...
El otro lagarto...el que no conoce casi nadie, porque un dia desapareció como el titanic, tuerce el gesto y vuelve a Ronda...
Hay que seguir peleando, cada mañana, por las cosas que uno quiere... a eso, fundamentalmente, me ha enseñado el tiempo. Y mejor maestro que ese...nunca hubo.
Chito
Pd.- Dias después de la tormenta que veo pasar, cuando todo empieza a recobrar su estado normal... El aire cálido, que viene hacia mi, me ciega los ojos y me tapa la nariz...
La Tormenta - Los Piratas
4 comentarios:
La cotidianidad me encanta como excusa para lagartear.
La relaciòn cámara-fotógrafo es casi tan bonita como un idílico romance de peli americana. Y hablando de romances tas escapao de que el cielvo te deje preñao!!
Abrazos y lengua fuera para todos los lagartos!
Pues el ciervo, según el berrido que ha pegao, estaba más o menos como uno que nosotros sabemos...
Y sí me he librado... y lagartear de rutina...no es que nos encante....es que es "lagartear"...
;)
Mira tú por donde...treslagartos... comentándonos entre nosotros....ya hemos perdido fuerza entre el gran público... :DDD
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