lunes, enero 12, 2009



Las llaves.Igual te cuesta trabajo creerlo, pero el otro día me pasó una cosa bastante rara...

Llegué a mi casa y las llaves no entraban. No había notado nada raro hasta ese momento, pero entonces me di cuenta. Miré la puerta y esa no era la de mi casa. Quiero decir que no era la de mi casa de ahora; era la de hacía unos diez o quince años. Miré el número y era el de mi casa, pero no el que está puesto ahora, sino el que estaba puesto antes de la obra, uno blanco con el fondo azul. Ni la ventana era, ni el balcón... todo era de mi casa, pero de hace diez o quince años, antes de que le hiciéramos la obra. 


Entonces miré hacia los coches aparcados por allí. No eran coches de ahora. Quiero decir, que había un Reanult 21, pero de hace diez o quince años. Y un Peugeot y un Opel, y un Ford y todos los coches estaban medio nuevos, pero eran de hacía varios años. Qué curioso, joder, cómo me llamó la atención. Quiero decir que me llamó la atención muchísimo. Y entonces me percaté de que oí risas y gente charlando. Eran chavales. Me giré y la plaza en la que vivo estaba rara. Había árboles que yo recordaba pero de hacía años, y no había césped, como ahora, sino que había simplemente arena y tierra. Lo mismo que había en la plaza hace diez o quince años. Qué curioso.


Me acerqué a los chavales que hablaban y conforme me acercaba me iba quedando más sorprendido. Quiero decir que no veas cómo me llamó la atención verles. Allí estaba mi amigo Roberto, pero no el de ahora, sino el de hace diez o quince años. Y todos los demás igual. Ale tenía la misma cara que ahora, pero sin barba, y con la cara mucho más redonda. Fernando estaba gordísimo y con los pelos rapados, hoy por hoy lleva una melena larga. Yo ya no me acordaba de que Fernando cuando tenía once o doce años tenía los pelos rapados. Todos se me quedaron mirando, la cara de sorpresa, la cara de tonto que yo tenía. Pero cuando más sorprendido me quedé fue cuando me vi. No quiero decir que fuera un espejo ni nada de eso, qué va. Era yo, pero cuando tenía unos once o doce años. Tenía la cara llena de granos, el pelo graso, la cara redonda, sin barba... joder, y esa camiseta que tanto me gustaba azul y gris. Creo que mi madre acabó haciéndola trapos.

- ¿Qué te pasa, porqué te quedas ahí mirándonos? -me dijo Roberto.

- Hola me llamo Car... mmm Luis. Me llamo Luis -mentí-. Sólo quería deciros varias cosas. -Algunos rieron. Yo mismo miré a un lado tratando de no mostrarme a mí mismo que me reía de mí. Quiero decir que yo cuando tenía once o doce años miré hacia un lado tratando de que yo cuando tenía veintiocho no me viese a mí cuando tenía once o doce reírme de mí cuando tenía veintiocho años. Es algo difícil de comprender, pero así era.

- ¿Qué cosas? -Contestaba Fernando casi con chulerías. Entonces recordé que él cuando era niño quería estudiar Derecho, sueño que finalmente dejó por trabajar en el bar de su padre y sacarse unas pelas.

- Por ejemplo, a ti quería decirte que te dejes de tonterías en el bar de tu padre, que estudies Derecho, si es lo que te gusta, que por sacarte unas pelillas en verano no tienes que aparcar tus sueños.

- Ya, ¿y eso quién te lo ha dicho?

- A ti, Roberto... decirte que si algún día estos cabrones te proponen tirarte con la bicicleta por las cuestas de la feria en esa roja que tienes sin frenos, les digas que no. Puede ser que te partas la pierna por cinco sitios, se te astille el fémur y te pegues casi dos años de hospitales y cojo de por vida. - El pobre Roberto hoy en día no puede casi ni andar porque aquel maldito día nos dio por picarle para que se tirase por aquella cuesta con la bicicleta.

- ¿De qué hablas, Luis? ¿Quién eres y qué coño nos estás diciendo? -Me decía cuando tenía once o doce años a mí mismo cuando tenía veintiocho. 

- Y tú ten cuidado cuando cumplas quince. Cuando Susana te diga que eres un tío de puta madre y que haces de ella una mujer feliz y todo eso. Ten mucho cuidado, no te enamores de ella, tío. No te cuelgues por ella que esa tía es una embustera y una interesada. ¿Sabes qué pasará? Que mientras tú estás aquí esperando a que ella llegue de Granada, escribiéndole cartas y llamándole por teléfono, va a estar con otro hijoputa que hace kárate. Te la va a jugar con un hijoputa que hace gimnasia en bata, qué te parece. Y para colmo no podrás ni ir a partirle la cara, porque el hijoputa está más fuerte que tú. -Me miré a mí mismo cuando tenía veintiocho años. Ahora el que tenía once o doce era el sorprendido.

- ¿Pero qué coño me dices?

- Que Susana no vale un duro, que cuando te diga que le haces sentir especial te engaña. Que no te enamores de esa cabrona.

- No conozco a ninguna Susana, tío.

- Ya la conocerás. Por cierto, Pedro, aunque ahora creas que es un tonto, es un tío de puta madre. Ve más a ver a tu abuela María porque el día que se vaya vas a echarle de menos muchísimo. Y hazle caso a tu madre, deja la bicicleta y ve a clases de inglés, que el inglés puede darte algo, la bici nada.


Se hizo un silencio incómodo. Vi que Fernando tenía en la mano una libreta donde había apuntado las tácticas a seguir para un partido de fútbol de la liga a la que yo estaba apuntado con mis amigos cuando tenía once o doce años. Ponía que el rival era el San Rafael, el gran enemigo a batir.

- Y no te preocupes que con el San Rafael empatamos pero luego ellos perderán contra los últimos y acabaremos ganando la liga.


Me alejé. Les dejé reflexionando. No se habían creído nada. Lo sé porque yo con once o doce años no me habría creído nada de eso. Quiero decir que no habría creído a un tipo raro que hubiese aparecido diciendo todo eso. Creo que una vez  estando yo charlando en la plaza con Ale, Fernando y Roberto apareció un tipo diciendo tonterías de ese estilo y no le creí. Qué curioso. También sabía que Susana acabaría jugándosela a aquel pobre chaval que yo era cuando era más joven. Pero bueno, ya lo entendería cuando tropezase con la piedra. Al fin y al cabo para aprender todos tenemos que tropezar con la piedra. Lo que no sabía era a dónde coño ir, ahora que mi llave no abría la vieja puerta de mi casa...




LuisitoRilke. Diciembre 08


12 comentarios:

Chito dijo...

Back to the Future!!!! Pero diferente...Me encanta...
Illo, de lo mejor que has escrito desde el post donde nombras a gente que no conocíamos...
Genial, genial, genial...
jajajajajajajajajaja...Me gusta el lagarto...a mi también me gusta vuestro lagarto...

Jc dijo...

Holden Caulfield en esencia pura... Eres mágico, hermano!

Un beso. Jc.

L.Rilke dijo...

Hombreeee!! No esperaba menos de ti, mano... tuviste que darte cuenta como mandan los cánones!! jajajaja. Gracias a los dos, lagartos. :)

Faito dijo...

Me gusta, relato coloquial, rompiendo con lo anterior, eso de picarse con la bici, quien no se ha picado con la bici..

Ma gustao Luis, aun siendo un relato! jejejej

Anónimo dijo...

Narrativa kafkiana...prosa laberíntica que desemboca en ironías del destino. Gran ejercicio de la mente donde no todos pueden llegar.

Juandi.

Chito dijo...

Diego...Cambio prosa laberíntica, por porra antequerana... Pan del mercadona calentito y cerveza muy fria del supersol...vamos que nos vamos coño!!!!

Anónimo dijo...

Pues eso está hecho ya. El día que quieras nos vamos a mi campo y con el calor que nos de el solecito de primavera nos jincamos una plato de porra antequerana y una cerveza cada uno...los carnavales los dejamos aparcaos en la salida y gloria bendita, ya lo sabes. y ve planteando un viajecito a Málaga como en año pasao.

Juandi

Chito dijo...

Eso es lo que quiero yo...Irnos allí un par de dias a hacer el gandul. Ya hablaré con el Pedro... Y un dia cocinas tú y otro tu primo...yo soy el jurado del concurso...y el que abre las cruzcampo...el último dia doy el veredicto. Además yo se de una movia que seguro que se anima a ser jurado conmigo!!! Marilóóóóó

Anónimo dijo...

man cantao.
eres capaz de dibujar con tu imaginacion y hacer que los demas podamos ver tus relatos con este relato me has demostrado que el tiempo solo existe para que no ocurra todo ala vez
bonito deja vu
chito al carnaval ni tocarlo todo no puede ocurrir a la vez ¿o si?
un abrasso
er manuè

Anónimo dijo...

quillo entre ensayito y ensayito se podria escribir algo no? yo creo que sensaciones no os han faltao al chito y a ti esta ultima semana

un abrazo estoy en una nube aun
er manué

Anónimo dijo...

me gusta lo q escribes

seguidor dijo...

Encontré el blog de casualidad y lo leo de vez en cuando. Creo que este es de lo mejorcito que hay. Enhorabuena.