viernes, junio 20, 2008



LA ÚLTIMA VEZ


Era el último día, pero Sergio no lo sabía. La luz que entraba a través de los huecos de la persiana le despertaron y se notó la boca seca por última vez. Vio a su lado en la cama a aquella chica tan guapa que saciaba sus ganas de necesidad de confidencias, de amistad, de amor, de sexo. Le dio besos en la frente hasta que se despertó y fue la última vez que echó un polvo. La última vez que sudaba, la última vez que tuvo un orgasmo. Cuando acabó fue a darse su última ducha y al salir de ella fue la última vez que se miraba los musculitos en el espejo empapado, pero él no lo sabía. Preparó su último café mientras fumaba su último cigarrillo. Se lo bebió dando vueltas por el salón y miró la foto que tenía con su madre cuando él era pequeño por última vez. Fue la última vez que vio lo guapa que era de joven ella, lo buen niño que él mismo prometía ser por aquel entonces. La chica apareció por el salón en braguitas y con una camiseta de Sergio a modo de camisón. Le dio el último beso en los labios, y al alejarse ella para entrar en la ducha miró aquella figura que tantísimo le gustaba por última vez. Pero no sabía que era la última, porque si lo hubiese sabido habría llorado como un niño. El timbre de la casa sonó y fue la última vez que Sergio lo escucharía. Abrió la puerta sin saber que ya no la abriría más, que no debería haberla abierto, justo cuando daba su última calada a un cigarrillo. No era la primera vez, pero sí sería la última que sentía el frío del cañón de una pistola en la frente. Se le cayó el cigarro del labio al suelo mientras el cabrón de su socio le encañonaba. Siempre sospechó que tarde o temprano acabaría traicionándole y quedándose él solo con el negocio del tráfico de sus ilegales mercancías. Era la última vez que sentía miedo. La última que pensaba en su madre. La última que miraba a alguien a los ojos. La última que escuchó un disparo. Y de pronto fue la primera vez que no sintió nada.

4 comentarios:

Juandi dijo...

Me ha gustado mucho tu relato. No solo redactas muy bien, y no todo el mundo tiene esa facilidad (por ejemplo, yo mismo carezco de éso),sino que además tienes una imaginación enorme. El narrador omnisciente sitúa al lector en una posición envidiable para acercarse al personaje y a la situación. De una historia simple sacas algo importante, y eso es la emoción. Este relato esta cargado de emoción desde el principio hasta el final, y eso hace grande a una historia. Disfruto leyendo lo que escribes sobre todo por éso, por la emoción que tienen tus historias.
Juandi.

L.Rilke dijo...

Joder, la verdad es que uno lee una crítica como la tuya y se pone más ancho que largo!! Aunque anchos ya nos estamos poniendo tela,eh? jaja

Prometo más, pero tienen que venirme ideas como esta. Nos vemos la semana que viene, melón.

David Rey dijo...

joder luisitorilke, hoy te has ganado 2 comentarios, el del tuenti es de coña, pero sobre lo que acabo de leer... uf! Pos no que me he puesto a 100 con la intriga del último tal, o del último cual... del malote de turno y su pipa... No spera, ha sido el momento en el q la chica aparece descrita de esa forma andando por el salón. Sí, ha sido eso sin duda lo que me ha enganchado..QUERÍA UN FINAL FELIZ!! QUERÍA MÁS ESCENAS DE CAMA...deberías escribir novela rosa primo!
Eres un monstruo del lago supernes!!

P.D. a veces cuesta descifrar las letras de la verificación de más abajo, a que sí?

Anónimo dijo...

firmando como Rilke no podías ser menos