
Recientemente, una mujer normal, de la calle, como ustedes o como yo, ha denunciado a más de medio centenar de medios que se llaman a sÌ mismos “de comunicación”. Es una mujer que cierto día se enteró de que el principito de este país se tocaba mientras veía en el telediario a su hermana, y su caprichito se convirtió en realidad cuando, moviendo a no sé cuántas personas, logró llegar hasta la presentadora del telediario, que vio una buena oportunidad para dar el braguetazo de su vida, firmando y convirtiéndose a partir de ese momento en rica sin volver a dar un palo al agua en su vida, a cambio de ser vientre para engendrar Borbones.
El caso es que la mujer normal de quien os hablaba, que no tiene culpa ni obtiene ningún beneficio del hecho de que su hermana se casase con Felipe (lo de Don es algo que creo ha de ser reservado para las personas mayores o que hayan hecho algo importante en su vida más allá de heredar tal o cual apellido), sólo pide que su vida siga siendo suya, y no un reality televisivo al más puro estilo Gran Hermano. Ella sólo pide poder salir con su pareja y su familia –la no real, sí la de verdad- a dar un paseo por el parque, a comer a un bar, a comprar en una tienda… a hacer lo que todos nosotros hacemos cuando queremos disfrutar un poco de la vida, sin tener a una panda de moscas cojoneras refregándole un micro por las narices, preguntándole cuándo fue la última vez que tuvo una discusión con su pareja, preguntando cómo vivió la muerte de un ser querido o que cuántas veces va el príncipe al retrete al día.
Viendo ustedes como pienso, imaginarán que me indigné sobremanera cuando vi en la tele, oí en las radios, leí en los periódicos, que un grupo de personas se manifestaban en la puerta de los juzgados a favor del derecho a estar informados por la prensa del corazón. Días después, en un programa de la sexta en el que son unos caras y unos cachondos de envergadura, dijeron que aquellos manifestantes eran actores contratados por ellos para burlarse de todos los programas rosa. Lo consiguieron ciertamente, aunque la indignación que me causó a mí cuando creí que era verdad, me lleva hoy día a plantearme si no hay realmente gente que piense eso. Uno de sus vítores era “Tenemos derecho a saber lo que habéis hecho”. Esos actores lo gritaban, pero es que la prensa del corazón se toma al pie de la letra estas frases, sin importarles si tienen que airear la vida privada y los secretos de alcoba de personas que puedan llevar muertas veinte años. Y siguen registrando audiencias escandalosas, y eso sí que me parece indignante, porque aunque no se manifestaran en la puerta del juzgado, en este país existe gente así, que disfruta haciendo záping de un programa de telebasura rosa a otro, porque la oferta televisiva se resume a eso, y nos encontramos sólo con una panda de acomplejados con vida aburrida, sin nada que hacer, obsesos de comer y saborear la densa viscosa basura televisiva que vomitan los canales de hoy casi 25 horas diarias, y la mayoría de las señoras mayores de este país defiende su “derecho a estar informadas de las intimidades de los demás”.¿Esto quÈ cojones es? ¿Su derecho a la información? ¿Es información saber el número de veces que va a la cama a ejercer el sacramento del matrimonio la hermana de la periodista que se casó con el hijo del rey? ¿Es información saber la marca de la bebida y el número de copas que bebía Fulanito, las drogas que consumía Menganito, los cuernos que le puso Fulanita al ex hijo del primo segundo de la vecina de la novia del estriper que era hermano de aquella que una vez se lió con el policía que se acostaba con la hija del cantante del tercer Operación Triunfo? Eso no es información, eso es sadismo de memos, vísceras podridas devoradas por mentecatos que gozan de vergüenzas ajenas delante de la caja tonta. Es querer contentar las ganas de retorcidos retrógrados cotillas, consumistas de pestes de otros. Son los que se llevan las manos a la cabeza porque un famoso sea borde con un reportero rosa tocapelotas, cuando tal vez ellos maltraten a sus allegados viéndolo algo normal. ¿Eso es derecho a su “información”? Y yo que creía que lo interesante era lo relacionado con el trabajo de un cantante, de un futbolista, de un bailarín… y ahora resulta que la información no es cuántos goles marque Ronaldo, sino con cuantos travelos se acuesta. No es oír una canción del Canto del Loco, sino saber las novias que tienen y si beben copas o se meten drogas después de los conciertos. No es disfrutar del arte del baile de Joaquín Cortés, no… la información es saber si es gay o si alguna vez le pegó a alguna mujer. Familia, ¿realmente eso es información? NO. Eso es basura de la pestosa. Decían los medios de comunicación de verdad que es bastante probable que la hermana de la princesa perdiese el juicio. Yo creo que los que han perdido el juicio son los jueces que dictan esta orden.
Hablando en un programa de los manifestantes, antes de que se supiese que eran de pega, decían que si la mujer en cuestión ganaba el juicio, estaríamos sentando un precedente de censura al más puro nivel de la dictadura franquista. Se les llena la boca a estos personajes oportunistas. Me parece que hay que tener más cuidado a la hora de comparar hechos actuales con todo lo sucedido durante la época de la dictadura; época en la que era delito penal ser gay, pensar de manera diferente la exigida por quienes regentaban el poder, reunirse, siempre y cuando la justicia de la época considerase que se podría estar planeando cualquier tipo de acto contrario a lo que ellos consideraban bueno… y muchas veces la pena era el fusilamiento o la cárcel sin juicios, y sólo lo había las veces que se hacía el teatrito. Afortunadamente, aunque los jueces hubiesen sentenciado a favor de la mujer que quiere pasear sin ser acosada, eso ni sería censura, ni sería faltar a la información, ni sería nada que se pareciese a la dictadura vivida en España, porque si tuviésemos la desgracia de que a este país volviese una dictadura, los primeros que no estarían en los canales haciendo el mamarracho serían ellos. Sólo me gustaría que la justicia en España hiciese honor a su nombre, y prohibiese a todos los reporteros rosa entrevistar acosadoramente, fotografiar, filmar o molestar a cualquier persona que no quisiera airear su vida en medios de masas. Ojo, quien quiera puede hacerlo, pero quien no quiera ¿por qué tiene la obligación de hacerlo? Porque eso no se puede llamar medio de comunicación, ya que no comunican; simplemente contaminan a las masas, tergiversando la realidad, manipulando, interpretando y modificando verdades.
Sean felices, no consuman telebasura, o no habrá un dios que nos la quite de la tele, y ya mismo la caja tonta sólo servirá para entretener y adoctrinar tontos. Los responsables de los canales deberían reciclar, que cada vez nos echan más basura. Y si alguno de ustedes estuvo tentado de ir a manifestarse a la puerta de los juzgados a favor de la prensa rosa, que se vaya a la mierda.
El caso es que la mujer normal de quien os hablaba, que no tiene culpa ni obtiene ningún beneficio del hecho de que su hermana se casase con Felipe (lo de Don es algo que creo ha de ser reservado para las personas mayores o que hayan hecho algo importante en su vida más allá de heredar tal o cual apellido), sólo pide que su vida siga siendo suya, y no un reality televisivo al más puro estilo Gran Hermano. Ella sólo pide poder salir con su pareja y su familia –la no real, sí la de verdad- a dar un paseo por el parque, a comer a un bar, a comprar en una tienda… a hacer lo que todos nosotros hacemos cuando queremos disfrutar un poco de la vida, sin tener a una panda de moscas cojoneras refregándole un micro por las narices, preguntándole cuándo fue la última vez que tuvo una discusión con su pareja, preguntando cómo vivió la muerte de un ser querido o que cuántas veces va el príncipe al retrete al día.
Viendo ustedes como pienso, imaginarán que me indigné sobremanera cuando vi en la tele, oí en las radios, leí en los periódicos, que un grupo de personas se manifestaban en la puerta de los juzgados a favor del derecho a estar informados por la prensa del corazón. Días después, en un programa de la sexta en el que son unos caras y unos cachondos de envergadura, dijeron que aquellos manifestantes eran actores contratados por ellos para burlarse de todos los programas rosa. Lo consiguieron ciertamente, aunque la indignación que me causó a mí cuando creí que era verdad, me lleva hoy día a plantearme si no hay realmente gente que piense eso. Uno de sus vítores era “Tenemos derecho a saber lo que habéis hecho”. Esos actores lo gritaban, pero es que la prensa del corazón se toma al pie de la letra estas frases, sin importarles si tienen que airear la vida privada y los secretos de alcoba de personas que puedan llevar muertas veinte años. Y siguen registrando audiencias escandalosas, y eso sí que me parece indignante, porque aunque no se manifestaran en la puerta del juzgado, en este país existe gente así, que disfruta haciendo záping de un programa de telebasura rosa a otro, porque la oferta televisiva se resume a eso, y nos encontramos sólo con una panda de acomplejados con vida aburrida, sin nada que hacer, obsesos de comer y saborear la densa viscosa basura televisiva que vomitan los canales de hoy casi 25 horas diarias, y la mayoría de las señoras mayores de este país defiende su “derecho a estar informadas de las intimidades de los demás”.¿Esto quÈ cojones es? ¿Su derecho a la información? ¿Es información saber el número de veces que va a la cama a ejercer el sacramento del matrimonio la hermana de la periodista que se casó con el hijo del rey? ¿Es información saber la marca de la bebida y el número de copas que bebía Fulanito, las drogas que consumía Menganito, los cuernos que le puso Fulanita al ex hijo del primo segundo de la vecina de la novia del estriper que era hermano de aquella que una vez se lió con el policía que se acostaba con la hija del cantante del tercer Operación Triunfo? Eso no es información, eso es sadismo de memos, vísceras podridas devoradas por mentecatos que gozan de vergüenzas ajenas delante de la caja tonta. Es querer contentar las ganas de retorcidos retrógrados cotillas, consumistas de pestes de otros. Son los que se llevan las manos a la cabeza porque un famoso sea borde con un reportero rosa tocapelotas, cuando tal vez ellos maltraten a sus allegados viéndolo algo normal. ¿Eso es derecho a su “información”? Y yo que creía que lo interesante era lo relacionado con el trabajo de un cantante, de un futbolista, de un bailarín… y ahora resulta que la información no es cuántos goles marque Ronaldo, sino con cuantos travelos se acuesta. No es oír una canción del Canto del Loco, sino saber las novias que tienen y si beben copas o se meten drogas después de los conciertos. No es disfrutar del arte del baile de Joaquín Cortés, no… la información es saber si es gay o si alguna vez le pegó a alguna mujer. Familia, ¿realmente eso es información? NO. Eso es basura de la pestosa. Decían los medios de comunicación de verdad que es bastante probable que la hermana de la princesa perdiese el juicio. Yo creo que los que han perdido el juicio son los jueces que dictan esta orden.
Hablando en un programa de los manifestantes, antes de que se supiese que eran de pega, decían que si la mujer en cuestión ganaba el juicio, estaríamos sentando un precedente de censura al más puro nivel de la dictadura franquista. Se les llena la boca a estos personajes oportunistas. Me parece que hay que tener más cuidado a la hora de comparar hechos actuales con todo lo sucedido durante la época de la dictadura; época en la que era delito penal ser gay, pensar de manera diferente la exigida por quienes regentaban el poder, reunirse, siempre y cuando la justicia de la época considerase que se podría estar planeando cualquier tipo de acto contrario a lo que ellos consideraban bueno… y muchas veces la pena era el fusilamiento o la cárcel sin juicios, y sólo lo había las veces que se hacía el teatrito. Afortunadamente, aunque los jueces hubiesen sentenciado a favor de la mujer que quiere pasear sin ser acosada, eso ni sería censura, ni sería faltar a la información, ni sería nada que se pareciese a la dictadura vivida en España, porque si tuviésemos la desgracia de que a este país volviese una dictadura, los primeros que no estarían en los canales haciendo el mamarracho serían ellos. Sólo me gustaría que la justicia en España hiciese honor a su nombre, y prohibiese a todos los reporteros rosa entrevistar acosadoramente, fotografiar, filmar o molestar a cualquier persona que no quisiera airear su vida en medios de masas. Ojo, quien quiera puede hacerlo, pero quien no quiera ¿por qué tiene la obligación de hacerlo? Porque eso no se puede llamar medio de comunicación, ya que no comunican; simplemente contaminan a las masas, tergiversando la realidad, manipulando, interpretando y modificando verdades.
Sean felices, no consuman telebasura, o no habrá un dios que nos la quite de la tele, y ya mismo la caja tonta sólo servirá para entretener y adoctrinar tontos. Los responsables de los canales deberían reciclar, que cada vez nos echan más basura. Y si alguno de ustedes estuvo tentado de ir a manifestarse a la puerta de los juzgados a favor de la prensa rosa, que se vaya a la mierda.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo, solo que yo creo que hace tiempo que la tele adoctrina tontos, no es futuro, es presente.
También creo que la vida de la gente es tan sumamente rutinaria, aburrida y llena de miniproblemas que no saben solucionar por falta de razonamiento propio, que dedican el tiempo (que no olvidemos que es oro) a ver series de mierda y programas de mierda. y así nos vá. Pais.
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