
EL CAMPO, Episodio 2
Efectivamente, Carlos (Benajoano y Serratero). Hoy era el día para escribir algo aqui. El segundo episodio. Y es el dia porque hoy me acuerdo de esta carretera. Un camino a fin de cuentas. Un dia que bien merece este post porque hoy mi padre, supongo que después de mucho tiempo ha vuelto al campo. A coger unciana. Hoy se puede decir que se han alineado de una forma u otra los planetas. Y aqui estoy. Contando más historias del Campo...de MI CAMPO.
El dia de la Virgen
Los padres solían levantarnos muy temprano. Por lo general, alguien como Tito Juan iba a por churritos y mientras los motores de la vieja carnicería sonaban ruidosos ibamos como locos corriendo a ponernos los bañadores y las chanclas para irnos cuanto antes al campo. En el viejo mercedes azul o en el R-6 blanco nos apretabamos todos para llegar ruidosamente a aque trozo de terreno donde he vivido los más inolvidables momentos de mi vida. Corriamos como demonios y besabamos a Tita Pepa o Tito Marcelo que ya a esa hora inundaban la estancia bajo la fresca parra con olor a cafelito recien hecho. Tostadas, aceite, bolsas con comida... Era la víspera de uno de los días grandes para nosotros, el día de la Virgen, las fiestas de Montejaque. Poco a poco, como si fueramos autenticas ranas ibamos cayendo al agua fria de la alberca, siempre comprobando con cuidado que no hubiera culebras o tortugas. En caso de que algún bichejo de estos hubiera ocupado la piscina durante la noche era Alfonsito el que con gran maestría se hacía con los pobres animales a los que les esperaba un incierto futuro. Después de una mañana entera de baño tutelados por el tito Alfonso o por mi propio padre, saliamos desmayados a comer patatas de Tita Manoli que siempre hacía las veces de cocinera con Tita Ani o con mi madre. Patatas fritas, ensaladillas, filetes, refrescos y mucho ruido. El sol de Agosto para las tres de la tarde apretaba con ganas por lo que era habitual también ver a Tito eduardo con la manguera verde dandole un riego al cemento que hacía las veces de terraza en las prostimerías de la copiosa comida. Después de comer era cuando más apetecía pegarse un baño, pero los mayores siempre se oponían con los clásicos argumentos de la digestión. Era el momento ideal para ir con el Miguel Angel, Alfonsito, Rocío, Anabel, Sandrita y Maria José a jugar a algún juego inventado (cuando los niños sabíamos inventar juegos) o bien a buscar aventuras por aquellos montes (cuando los niños se hacían chichones y no pasaba NADA). Jugabamos con el descontrol propio de unos cuantos crios: Inventado personajes, dandonos pelotazos o tirándonos piedras unos a otros. Auténticos salvajes, según se mire...
Después de un rato, cuando ya habíamos sudado la gota gorda y con los pies llenos de pinchos, arena y heridas, volvíamos a la estancia que ocupaban los mayores para implorar con nuestro llanto el regreso a la piscina. Salía la Tita Raquel, la gallega, y nos mojaba a todos con el frio vidrio del agua de la manguera. Era el momento ideal, fuera el bañador y a bañarse como Dios nos mandó al mundo. Es un reproche que muchos familiares todavía mantienen contra mí: -Eras muy grandecito tú ya para quitarte el bañador- Pero para un servidor el pudor ni existió ni existé y supongo que tampoco existirá. El flotador, los manguitos, los balones, los niños, los padres, las madres, todos dentro de la piscina en lo que era un dia grande para todos. Me encantaba montarme en el bordillito más alto y decir con Maria José cogida de la mano aquello de: -Oro, te va a tocar- Y tirarnos al agua tapándonos la nariz con la mano que nos quedaba.
Al poco tiempo los padres, con esfuerzos titánicos y algún cachetazo que otro nos sacaban de la piscina. Para ese entonces, nos duchaban con la manguera, nos ponían la ropita (de estreno) y nos empachaban de colonia nenuco. Poco después, salíamos por esa carretera de la foto, en la misma dirección que va ese coche, camino de Montejaque.
Ir al pueblo era para nosotros la oportunidad. El descontrol. Pulular por estrechas calles de un lado a otro, comprando chucherías (Bien en lo de Paco, en la plaza, o en lo de Mariquita). Gusanitos, kikos, bolsitas con sorpresa, patatas del maestro (las más ricas del mundo) o botecitos con un compuesto químico indescriptible que sabían a fresa... Alguna tarde ya más grandecitos, nos ibamos a la era del camino de la ermita a comer melones. Una vez entre Alfonsito, Raulito y yo nos comimos....pues...cuatro o cinco melones, con la consiguiente vomitera y empachera que nos mandó a la cama antes de tiempo.
Sobre las nueve y media, ya menguando los largos dias veraniegos, la noche se hacía sobre el pueblo. Pegaba la rebequita. Pero debidamente abrigados buscabamos más lugares donde llevar a cabo nuestras fechorías. Las lajas, unas piedras calizas en mitad del pueblo, que servían como resbalandeta y donde en mas de una ocasión nos hemos lastimado a cuenta de hacer el burro. El olor a cosméticos de las más mayorcitas (Sandra, Maite, Anabel...) que ya se iban arreglando para salir de juerga. Nunca entendí porque narices tardaban tanto en vestirse. En más de una ocasión y ante ciertas necesidades menores, nos hemos visto meando en las macetas de fabiola o en el desagüe del patio, en el que vivían tres enormes tortugas. También los paseitos por la casa de Frasquito "Humito" un singular viejo bonachón, que con su cigarro y su moto ha sido el ser más peculiar que he conocido en Montejaque. Josefina, Javierito, Benjamín, Antonio, Pepi...Todos ellos formaban parte también de nuestra familia. Fabiola nos regañaba por el ruido y miguelito, actualmente alcalde de Montejaque, nos llevaba a comprarnos más chucherías y a ponernos al borde del colapso glucémico. Pepe (al que nunca me ha gustado ni me gustará llamar el tonto) hablaba de futbol ruidosamente en algún rincón del aquel pueblo, que cuando caía la noche, era más mágico y especial si cabe. Todos fueron años felices (excepto el año que murió Teresita en mitad de las fiestas). Todos inolvidables. Ahora al cabo del tiempo, vuelvo a esa feria con distintos protagonistas: Jota, mi hermana, mi primo Oliveras...y todo es un poco igual...como antes. Inclusó el año pasado, con la aprobación de Jota, volví a tirarme por las lajas. Volví, otra vez, y por unos segundos a tener nueve años, cumplidos en abril.
Volvíamos al campo, bien tarde, las tres, las cuatro, las cinco, porque allí no cabíamos todos para dormir. Llegabamos fritos en los coches, pero siento todavía como si fuera hoy, la brisa fria acariciando mi cara, cuando alguno de los mayores, seguramente Eduardo, nos sacaba en brazos del coche y nos depositaba con sumo cuidado en la cama. Mañana será otro dia, Buenas noches...
Es de justicia nombrarlos a todos, porque todos formaron parte de mi vida y la siguen formando. Algunos de ellos ya no están, otros siguen aqui. Y con todos ellos me quiero y me demuestro siempre que tengo la ocasión, que aquellos años son un vínculo que respeto, cuido y recuerdo profundamente dentro de mi alma. Aunque el campo ya no sea nuestro nunca más, a no ser que una primitiva diga lo contrario. Bendito sea el dinero ese día. Y benditos seais vosotros...Desde el primero hasta el último
Hamilton ha ganado esta tarde el gran premio de Canada...y Rafa Nadal el Roland Garros. Ambos dos rebosaban alegría y felicidad al final de la carrera y del partido. Pero estoy seguro que ellos, no son tan felices como yo y que no tienen un blog en el que sus amigos lean sus historias de tres duros, viviendo profundamente, más o menos, cada uno de los relatos. Gracias por estos quince mil clicks...Seguid a nuestro lado
Chito
Pd.- Morena, la de los rojos claveles, la del bordado mantón, la reina de las mujeres... Sonido clásico de Fresa y Nata o de Orquesta Montejaque...
5 comentarios:
...Otro retrato de sensaciones, extrapolable a cada una de nuestras particulares vidas... Cuando los niños eran niños... y no delicados microchips... vivan los 80... los 90...
Por si acaso te diré que que sigo sin querer ni PUES, ni MUGS.
Reinventando la manera de escribir en un blog...eliminando barreras entre lo digital y lo sensacional...
Felicidades. Jc.
Durante unos minutos, el tiempo que he tardado en leer el segundo capitulo del campo, el tiempo ha retrocedido, ha sido mágico volver a oler ese aromita a café y tostadas de por la mañana, a oír aquel alboroto tan agradable, a sentir esas ganas de bañarme recién comida; en definitiva ha sido mágico volver al campo, a los veranos de mi niñez... a la feria de Montejaque (pueblo tan especial para mi y del que guardo un grato recuerdo).
Yo haría mención especial a dos personajes, uno imaginario, como la Bruja Rufina y su chocolate, yo ya era un poco mayorcita pero me encantaba ver vuestras caras cuando aparecía; y otro real, tu padre vestido con el mayor número de prendas posibles en pleno agosto y cuando el sol picaba más, su forma especial de mantenerse en forma.
Seguiría y seguiría.... sólo decirte que me ha encantado, que lo he impreso para que lo puedan leer todos y que por un momento regresen al "campo", se que le gustará tanto como a mi.
Besos
Anabel
P.D. Te contaré porqué tardábamos tanto en arreglarnos en el cuarto de baño de Fabiola, para que tu y tu primo mearais en las macetas o en el desagüe del patio.
La magia de la niñez en la cual todo es especial.
No se si habeis leido "Las pequeñas memorias" de Jose Saramago, pero como le comente a Chito, este post me recordo muchisimo a ese libro!
He rescatado unas lineas:
...atravesar solo las ardientes extensiones de los olivares, abrir un arduo camino entre los arbustos, moverse sobre el paular, pasando de rama en rama a lo largo y ancho de la extension poblada de sauces llorones,
no son, se diria, proezas q justifiquen mencion especial en una epoca como esta nuetsra, en la q a los cinco o seis años, cualquier niño civilizado , incluso sedentario e indolente, ya ha viajado a Marte para pulverizar a cuantos hombrecillos verdes le salieran al paso, ya ha diezmado al terrible ejercito de dragones mecanicos, ya ah hecho saltar en pedazos al rey de los tiranosautios, ya ha salvado a la humanidad del aerolito mounstruoso q iba a destruir la tierra.
Al lado de tan superiores hazañas, aquel muchachito solo podia presentar su ascension a la punta extrema del fresno de veinte metros, poca cosa, la verdad, pero me parece mas probable que el heroico vencedor del tiranosaurio ni siquiera seria capaz de atrapar una lagartija con la mano...
pd: Genial Chito!
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